viernes, 6 de junio de 2025

¿Cómo es el lenguaje que usas con tus hijos? Estas Sembrando Vida o Cosechando Heridas

 


Versiculo base:"La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos." (Proverbios 18:21)


1. El Lenguaje que Debemos Evitar:

Palabras que Dañan y Destruyen

¡Tu también has dicho palabras negativas a tu esposo y a tus hijos! Como madres, tenemos una influencia inmensa, y nuestras palabras pueden construir o derribar. A veces, sin darnos cuenta, empleamos un lenguaje que, lejos de edificar, erosiona la autoestima y la confianza de nuestros hijos y esposos.

  • La comparación destructiva: "Tu hermano sí es obediente, ¿por qué no sos como tu hermano?" Este tipo de comentarios siembran inseguridad y resentimiento.

"Efesios 6:4 exhorta a los padres a no enfadar a sus hijos, sino a criarlos en disciplina y amonestación del Señor. Esto implica educarlos con amor, autoridad y sabiduría, guiándolos con los principios cristianos para que puedan crecer en el conocimiento de Dios. 

  • El lenguaje tóxico: Criticar al esposo frente a los hijos, desvalorizar a la suegra o cuñados, o sembrar cizaña con comentarios negativos. Esto no solo daña las relaciones, sino que también enseña a los hijos un modelo de comunicación irrespetuoso.
    • La Biblia dice: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes." (Efesios 4:29)
  • Etiquetar a los hijos y decir profecías de fracaso: "Eres un desordenado," "Siempre lo haces mal," "Nunca vas a aprender." Estas palabras se graban en la mente de nuestros hijos, convirtiéndose en profecías autocumplidas que limitan su potencial.
    • "Hay quienes hablan impetuosamente como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina." (Proverbios 12:18)

Desarrollo: Nuestro hogar debe ser un refugio seguro, no un campo de batalla verbal. Cuando usamos palabras hirientes, creamos un ambiente de miedo y baja autoestima. Reconocer estos patrones es el primer paso para transformarlos.


2. El Lenguaje que Debemos Cultivar: Palabras que Edifican y Potencian

Hook: ¿Cómo sería si cada palabra que sale de tu boca fuera una semilla de amor, confianza y propósito para tu familia?

El poder de nuestras palabras es inmenso. Podemos elegir usarlas para edificar, potenciar y guiar con amor. Este es el lenguaje del Reino que transforma vidas.

  • Exaltar las características positivas: "Me encanta tu creatividad para resolver problemas," "Admiro tu perseverancia cuando algo se te dificulta," "Eres muy amable con tus hermanos." Reconocer y verbalizar sus fortalezas los ayuda a construir una identidad positiva.
    • Versículo: "Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." (Filipenses 4:8) - Este principio se extiende a cómo hablamos de los demás.
  • Potenciar y felicitar: "Sé que puedes lograrlo, confío en ti," "Me siento orgullosa de tu esfuerzo," "¡Felicidades por tu logro, es resultado de tu dedicación!" Animar y celebrar sus éxitos, grandes o pequeños, les da la confianza para seguir adelante.
    • Versículo: "Por tanto, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis." (1 Tesalonicenses 5:11)
  • Corregir con amor y de manera constructiva: "Entiendo que estás frustrado, pero en lugar de gritar, ¿qué te parece si probamos esta otra forma de expresar tu enojo?" o "Noto que esto te cuesta, ¿cómo podemos aprender juntos?" Se trata de enfocar el problema, no la persona, y ofrecer soluciones.
    • Versículo: "El que ama la instrucción, ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión es ignorante." (Proverbios 12:1)

Desarrollo: Nuestro lenguaje debe ser un reflejo del amor incondicional de Dios. Cuando hablamos palabras de aliento, validación y corrección amorosa, estamos modelando a Cristo para nuestra familia. Estamos invirtiendo en su autoestima y en su relación con Dios. Un hogar lleno de palabras positivas es un faro de esperanza y seguridad.


3. ¿Qué hacer Cuando Hemos Fallado:

Es inevitable que, como seres humanos imperfectos, en algún momento hayamos fallado en nuestro lenguaje. La clave no es la perfección, sino el arrepentimiento genuino y la acción transformadora. Dios nos da la gracia para corregir el rumbo.

  • Reconocer y arrepentirse: El primer paso es la humildad de reconocer nuestros errores ante Dios y ante aquellos a quienes hemos herido. Esto no es debilidad, es valentía.
    • Versículo: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:9)
  • Pedir perdón explícitamente: A veces, un simple "lo siento" no es suficiente. Es importante reconocer el daño causado y pedir perdón de manera específica.
  • Escribir cartas a cada hijo y esposo: Esta es una acción poderosa y tangible. Una carta permite expresar de forma pensada y profunda el arrepentimiento, el reconocimiento del daño causado y el compromiso de cambiar.
    • Ejemplo de contenido para la carta:
      • Reconocer específicamente cómo tu lenguaje pudo haberlos herido (ej: "Me di cuenta de que te he comparado con frecuencia con otros, y sé que eso pudo hacerte sentir menos valioso").
      • Expresar tu dolor por el daño causado.
      • Pedir perdón sincero.
      • Afirmar tu amor y valor por ellos.
      • Comprometerte a cambiar y pedir su ayuda y paciencia en este proceso ("Estoy trabajando en cambiar mi forma de hablar y te pido que me ayudes recordándome cuando me equivoque").
      • Reafirmar tu fe y tu deseo de que Dios transforme tu boca para edificación.
    • Versículo: "Por tanto, si tu hermano tiene algo contra ti, déjale allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda." (Mateo 5:23-24)
  • Buscar la ayuda divina y la de tu familia: Este es un proceso que requiere la ayuda del Espíritu Santo y la colaboración de tu familia. No tengas miedo de pedirles que te ayuden a identificar cuando caes en viejos patrones.
    • Versículo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." (Filipenses 4:13)

Desarrollo: Este acto de humildad y reconciliación no solo sanará heridas, sino que también modelará para tus hijos el verdadero significado del arrepentimiento, el perdón y la gracia. Transformará tu hogar en un espacio donde la gracia fluye libremente y donde el amor, expresado a través de un lenguaje edificante, es la norma.

 Fuente Internet

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